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30.10.2022

Ampliación del suministro de un importante retardante de llama >

Los retardantes de llama son productos químicos que se añaden a los materiales inflamables para reducir su combustibilidad. Aunque no necesariamente evitan que ardan, los retardantes de llama sirven para reducir la velocidad y la intensidad a la que se queman los materiales, lo que a su vez ralentiza la propagación del fuego y reduce los daños.

Una de la sustancias químicas más utilizadas para este fin es el trióxido de antimonio (Sb2O3), un óxido polimérico del antimonio que es el compuesto de este elemento más importante desde el punto de vista comercial. Normalmente se encuentra en forma de polvo blanco e inodoro. En Estados Unidos y Europa se utilizan cada año entre 10 000 y 25 000 toneladas de trióxido de antimonio, principalmente como retardante de llama.

El método comúnmente empleado para este fin es incluir el trióxido de antimonio como aditivo en polímeros como plásticos, textiles sintéticos y recubrimientos, junto con haluros (iones negativos de halógenos como el cloro y el bromo). Aunque los haluros actúan como retardantes de llama por sí mismos, el trióxido de antimonio complementa y mejora su acción. Estas sustancias químicas trabajan al unísono en la «fase de vapor» de una llama a temperaturas por encima de los 315oC formando haluros y oxihaluros de antimonio que actúan conteniendo el proceso de combustión.

Otros usos del trióxido de antimonio incluyen su empleo como opacificante, un aditivo que vuelve opacas las sustancias transparentes. El trióxido de antimonio se usa para este fin en la cerámica, los esmaltes y el vidrio. También se puede utilizar para decolorar el vidrio y colorear el hierro y el acero, y se emplea como ingrediente en algunos pigmentos para usos especiales. Como catalizador, también se utiliza industrialmente en la producción de plástico PET y la vulcanización del caucho.

Norkem lleva muchos años suministrando este útil y versátil producto químico, pero últimamente hemos empezado a ampliar nuestra oferta en el Reino Unido y a nivel internacional. Por ejemplo, hemos empezado a ofrecer trióxido de antimonio en una gama más amplia de formas, desde polvo al 99,7 % hasta humectado con DIDP. También hemos aumentado la cantidad y las opciones de envasado y ahora podemos suministrarlo en sacos con capacidades que van desde los 25 kg a los 1000 kg.