Los niveles de consumo de fibra dietética siguen siendo preocupantemente bajos entre los adultos británicos. Según las últimas cifras de la Federación de Alimentos y Bebidas (FDF por sus siglas en ingles), solo el 9 % alcanza los 30 g diarios de fibra recomendados.
Esto ha llevado a la FDF a poner en marcha una nueva iniciativa en el sector, Action on Fibre, con el objetivo de buscar la manera de incrementar la disponibilidad y el atractivo de los alimentos con un alto contenido en fibra. Con el respaldo de las principales marcas, el plan está centrado en una combinación de información acerca de los beneficios de la fibra e iniciativas de I+D para elevar el contenido en fibra de diferentes tipos de alimentos.
Una de las maneras más útiles de aumentar el contenido de fibra dietética de los alimentos es mediante el uso de fructanos, unos polímeros de fuctosa de origen vegetal. Uno de estos productos suministrado por Norkem es el GOFOS.
Ya hace mucho tiempo que se sabe que la fibra desempeña un papel muy importante para la salud intestinal. Una mejor digestión reduce el riesgo de desarrollar afecciones que van desde el cáncer colorrectal a la diabetes tipo 2.
Además, las investigaciones en el campo de la medicina están haciendo cada vez más evidente la influencia que tiene la salud digestiva en el bienestar general. Existe el convencimiento de que el sistema inmunitario, el metabolismo, el sistema circulatorio e incluso el cerebro se ven afectados por los intestinos y, en especial por la microbiota del tracto digestivo, los millones de bacterias que hacen funcionar nuestro sistema digestivo.
La fibra desempeña un papel primordial a la hora de mantener un equilibrio saludable de bacterias «buenas» e impedir que el intestino se vea colonizado por bacterias «malas» que causan incontables problemas de salud. De hecho, el papel de la fibra dietética es alimentar nuestra microbiota intestinal más que a nosotros, ya que aunque nuestro organismo no puede digerir la fibra, nuestras bacterias beneficiosas sí pueden hacerlo. Los alimentos que, en vez de satisfacer nuestras necesidades nutricionales directas, ayudan a nuestra microbiota buena se denominan prebióticos.
Según la FDF, y teniendo en cuenta sus estudios maś recientes, la importancia de la fibra no ha llegado a calar entre el público en general. En su opinión, en lo que respecta a la dieta y la nutrición, las iniciativas públicas en materia de salud pública se han centrado en lo que las personas deben eliminar de su dieta —la sal, el azúcar, la grasa, etc.—, en vez de informar acerca de lo que deben consumir más.
Uno de los problemas reconocidos por la FDF es que los alimentos tradicionales con alto contenido en fibra a menudo no resultan apetitosos y no se adaptan a los hábitos dietéticos modernos. Aunque es importante intentar cambiar estos hábitos, este es un objetivo a largo plazo. A maś corto plazo, puede aumentarse la ingesta de fibra dietética incrementando los niveles de fibra en productos cuyo consumo ya sea popular.
Siempre y cuando, por supuesto, que estos productos sigan siendo apetecibles.
El GOFOS es un fructano conocido como fructooligosacárido de cadena corta, moléculas complejas de hidratos de carbono que se encuentran de forma natural en plantas como la achicoria, las cebollas, los espárragos, el trigo, los tomates, el azúcar de caña y las algas. Los oligosacáridos en general se clasifican como fibras porque no pueden ser descompuestos y digeridos por el intestino humano, aunque pueden ser fermentados por nuestra microbiota intestinal. Se clasifican, por lo tanto, como prebioticos.
La mayor ventaja de los fructooligosacáridos de cadena corta es que, al ser cadenas de moléculas de fructosa, son dulces (hasta un 50 % del dulzor del azúcar común). El GOFOS ofrece por tanto una doble ventaja. Es una manera excelente de añadir fibra dietética a productos de bollería, tentempiés y barritas energéticas, cereales, chocolatinas, lácteos, etc. sin afectar a su nivel de dulzor. Al mismo tiempo, como sustancia no digerible, el GOFOS no tiene calorías, así que ayuda a reducir el contenido calórico de los dulces sin modificar su sabor.
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